Una suplementación proteica junto con la actividad física son la clave del estudio en el que participa el doctor Gil Rodas, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, junto con la Dra. Violeta Moizé, Especialista en Nutrición y Obesidad, llevado a cabo con mujeres tratadas con cirugía bariátrica en la unidad de Obesidad del Hospital Clinic de Barcelona. 

La finalidad del estudio es prevenir las consecuencias adversas que pueden desencadenarse durante la pérdida de peso y que afectan a la pérdida de músculo esquelético tras la restricción de la ingesta de alimentos. Para valorar la actividad física, y otros múltiples parámetros relacionados, el estudio contará con datos fisiológicos que serán obtenidos de las pulseras de actividad vívosmart 41 de Garmin, lo que les permitirá evaluar el efecto añadido de un programa de ejercicio físico a la suplementación proteica alta, así como la adhesión a la misma. 

Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad, definida como una acumulación anormal o excesiva de grasa, se ha triplicado en todo el mundo desde 1975. Así, en 2016, más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años tenían sobrepeso y, de ellos, más de 650 millones padecían obesidad. Si bien la obesidad se ha considerado un problema de los países con altos ingresos, ahora también se aprecia un aumento en aquellos con ingresos medios y bajos, centrándose en particular en los entornos urbanos. 

Un factor que influye en el desarrollo y mantenimiento del sobrepeso y obesidad es el desequilibrio en el balance energético entre las calorías ingeridas mediante la dieta y las consumidas por el organismo (mediante la actividad y/o ejercicio físico). El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades asociadas como diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, entre otras, reduciendo la esperanza de vida y afectando la calidad de vida relacionada con la salud.

Cómo alcanzar la pérdida de peso 

Una dieta saludable, baja en calorías, y un estilo de vida activo ayudan a alcanzar la pérdida de peso. Sin embargo, hay que considerar que los resultados obtenidos mediante tratamiento convencional son limitados y generalmente, no sostenibles a largo plazo. La cirugía bariátrica es el tratamiento de elección en pacientes cuidadosamente seleccionados que padecen obesidad grave, dado que permite alcanzar una pérdida de peso clínicamente significativa y sostenida en el tiempo. La cirugía de la obesidad (cirugía bariátrica) está indicada en personas que padecen obesidad grave (Índice de Masa Corporal > 40kg/m2 o cuando es de 35kg/m2 en presencia de comorbilidades asociadas) y en aquellas personas que no han logrado perder peso mediante el tratamiento convencional (cambios en la alimentación y aumento de la actividad física), sin embargo, no está exenta de complicaciones.

Los cambios anatómicos producidos por la CB producen restricción de la ingesta de alimentos y nutrientes y se asocia al desarrollo de deficiencias de vitaminas, minerales y proteínas. Además, la pérdida de peso relacionada con una baja ingesta de proteínas desemboca en cambios desfavorables en la composición corporal, que se caracterizan por pérdidas de masa libre de grasa, en especial del músculo esquelético, superiores a lo esperado. Esto se traduce en una serie de consecuencias negativas, entre las que figura la reducción del gasto energético en reposo y del recambio proteico corporal total y muscular, disminuyendo al final la tasa de síntesis muscular, lo que puede comprometer el manejo del peso corporal a largo plazo. También, hay una disminución de la fuerza y de las capacidades físicas en general, aumentando el riesgo de sufrir lesiones.

Suplementación proteica y ejercicio

Por ello, desde la Unidad Funcional de Obesidad se ha puesto en marcha un estudio que pretende analizar cómo responde el organismo tras una cirugía bariátrica ante dos niveles de suplementación proteica, una estándar y otra elevada. En este último grupo, se estudiará, además, el efecto adicional de un programa de entrenamiento. Para el desarrollo de este programa de actividad física, el estudio cuenta con la implicación del Dr. Gil Rodas, especialista y jefe de unidad de Medicina del Deporte. La evaluación de la actividad física se llevará a cabo mediante los datos fisiológicos obtenidos con la pulsera de actividad vívosmart® 4 de Garmin durante las 16 semanas que dure la intervención.

En concreto, este estudio se llevará a cabo en mujeres de más de 45 años con cirugía bariátrica susceptibles de sufrir sarcopenia, a las que se les prescribirá una suplementación proteica alta junto con un programa de ejercicio físico para favorecer el mantenimiento de la masa libre de grasa y del gasto energético en reposo. Además, con ello, se pretende evitar la disminución de la fuerza y la funcionalidad durante la pérdida de peso, previniendo la discapacidad y fragilidad a medio y largo plazo. También, los efectos favorables que se persiguen sobre la composición corporal durante la pérdida de peso, sumado al entrenamiento físico, van a suponer un aumento de la eficiencia del músculo durante la actividad física, expresado como un incremento en la capacidad de oxidación de las grasas y una disminución en los niveles de lactato.

Análisis previos realizados por los investigadores de este estudio han observado que “tras una cirugía bariátrica, nos encontramos con una reducción en la composición corporal en materia de masa libre de grasa, en la que el músculo esquelético representa su componente mayoritario, debido a una reducción del aporte proteico. Por ello, hemos decidido poner en marcha este estudio, cuyo objetivo es evaluar el efecto que logran dos niveles de suplementación proteica, uno estándar y otro alto, junto con la actividad física en pacientes del sexo femenino. Para ello, vamos a contar con las pulseras de actividad vívosmart® 4 de Garmin, cuya recopilación de datos nos permitirá evaluar el efecto añadido de un programa de ejercicio físico en la mejora de la composición corporal que buscamos”.

Por qué vívosmart® 4

Esta pulsera de actividad física ha sido la elegida para monitorizar la actividad física de las pacientes. Capacitada para realizar un seguimiento continuo, a lo largo todo el día y toda la noche, además de contar las calorías consumidas a lo largo del día y durante un deporte en concreto, ofrece un objetivo de pasos personalizado, muestra el recuento de pisos subidos y los minutos de intensidad y emite alertas de inactividad por vibración que recordarán a las pacientes cuándo deben levantarse y ponerse en marcha.

Además, la pulsera cuenta con el monitor Body Battery, que permite estar al tanto de las reservas de energía y, por tanto, conocer si es posible ponerse en marcha o, por el contrario, se necesita descansar y todo ello en tiempo real. 

vívosmart® 4 también destaca por disponer de un sensor que mide la frecuencia cardiaca desde la muñeca de forma eficaz e ininterrumpida e, incluso, avisa a la usuaria si su ritmo cardíaco aumenta inesperadamente por encima del umbral establecido. Del mismo modo, gracias a su pulsioxímetro, contará con una estimación de la saturación de oxígeno en sangre mientras duerme o en cualquier momento del día. A todo ello suma un monitor de estrés, un temporizador de respiración para relajarse, un control avanzado de todas las fases del sueño y estimaciones de VO2 max. Todo se completa con una gran autonomía, que alcanza hasta siete días (excluyendo el seguimiento de pulsioximetría durante el sueño). 

Garmin apuesta por el bienestar de sus usuarios y su objetivo siempre es que puedan llevar dispositivos que les ofrezcan las funciones más avanzadas para controlar múltiples parámetros fisiológicos, además de sus actividades físicas.

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